El actor buscó alternativas sostenibles con esta empresa, que fabrica diamantes artificiales de alta calidad, con los que ya trabajan joyerías como DeBeers. Sin embargo, Diamond Foundry no es tan transparente como sus célebres joyas.
La comisión federal de negocios de Estados Unidos afirma que la empresa está haciendo algunas trampas con sus anuncios. Al parecer, en Internet estarían usando, de forma intencional, un lenguaje algo confuso para promocionar sus diamantes, dejando entrever que son reales y no creados en un laboratorio.

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